Capítulo 65 Entendiendo sus últimos siete años
-Bueno, el Señor Falcó envió a alguien a acosarme, y está de forma constante en guardia a mi alrededor. ¿Crees que en verdad me trata como parte de su familia? Un hombre como él nunca confiaría en nadie. No le importan las relaciones genuinas, todo lo que le importa es lo que lo beneficia.
-N… No, no es así. -Gael hizo todo lo posible para explicar la situación-. Puede que al Señor Falcó no le importe nadie más, pero en definitiva se preocupa por usted y los niños. Cambió mucho desde que se mudaron. Es mucho más cálido hoy en día insistió Gael.
Melinda movió la mirada hacia Gael y sonrió débil.
-Solo lo hace por los niños. Es probable que solo se preocupa por las relaciones de sangre declaró.
El mayordomo se quedó sin palabras después de eso.
-Por cierto, ¿quién es Marcelo Lara?
Melinda recordó una pregunta que estaba en su mente.
-Marcelo Lara? -Gael agitó la cabeza-, No escuché hablar de él.
Melinda podía decir que el mayordomo no mentia.
¿Qué está pasando?».
Santiago no llegaba a casa por la noche. La mesa llena de platos se estaba enfriando y los niños se quejaban. Todos miraron la entrada con miradas de anticipación en sus caras.
-¿Deberiamos llamar a papa, mama? ¿Podemos preguntarle a qué hora vuelve a casa?
Samuel jugó con sus cubiertos mientras hablaba abatido.
-No voy a hacer eso. No lo esperemos. Podemos tan solo comer-anunció Melinda antes de empezar a poner un poco de sopa en los cuencos de los niños.
Pamela tomó sus cubiertos para comer también.
ila comida casera de mamá es la mejor! Es un milagro que me las arreglé para esperar tanto tiempo..
Samuel, también, estaba ansioso por devorar toda la comida en la mesa, por lo que no dudo en recoger sus cubiertos también. Mientras tanto, Gael se paró alrededor de la sala principal. mientras miraba hacia la entrada.
-¿Por qué el Señor Falcó no está en casa todavía? La Señora Falcó le preparó todos estos platillos. De todas formas, no suele trabajar horas extras-,
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Al mismo tiempo, en la entrada principal de Grupo Falcó, el chofer de Santiago acababa de abrirle la puerta del Lamborghini. Santiago subió al auto con gran elegancia en sus movimientos.
-Quiero ir a casa de Tirso le dijo al chofer una vez que el auto comenzó a moverse.
-Muy bien, Señor Falcó.
Mientras estaba en el auto, Santiago insertó con tranquilidad la aguja para un goteo intravenoso en su piel. Recordó a Melinda y el sabor de su pasta de huevo y tomate… Le recordó a la segunda vez que se conocieron en Valle Dorado hace siete años… Todos sus recuerdos pasados resurgieron
en su mente.
Santiago llegó a la villa de Tirso unos diez minutos después. Se sentaron uno frente al otro con una mesa entre ellos. Tirso sirvió un vaso de vino para cada uno. La última vez que estuvieron alli, estaban lidiando con la prueba de ADN.
-Cuéntame más sobre ella-dijo Santiago en un tono pesado con las cejas arrugadas-, Es probable que sepas mejor cómo fue su vida durante los últimos siete años agregó.
Tirso se dio cuenta de que Santiago no era el mismo de siempre; estaba de mal humor. El interés de Santiago en Melinda era su forma de mostrar cuidado por ella. Tirso tomó su copa para tomar un trago de vino antes de dar un suspiro.
-Bueno, para resumirlo, las cosas fueron… dificiles. Las cosas eran muy, muy dificiles para ella.
Tirso miró hacia arriba para ver una expresión sombría en el rostro de Santiago después de terminar su oración.
-Las mujeres son por lo general mucho más débiles, tanto mental como de forma física, cuando están embarazadas. Además, estaba embarazada de gemelos, lo que hizo las cosas aún más dificiles para ella agregó Tirso.
Santiago tan solo bebió su bebida en silencio mientras escuchaba a Tirso.
-Pero su experiencia de parto fue bastante suave. Fui a unas revisiones con ella, así que sé que decidió conservar a sus hijos desde el principio. Es una mujer amable, y tenia dos vidas inocentes en ella. Alguien como ella tan solo no seria capaz de renunciar a esos niños, incluso si supiera lo dificil que iban a ser las cosas para ella.
Tirso fue conmovido muy profundo por el coraje de Melinda.
-En realidad sabia quién era el padre de los niños, pero decidió no ocuparse de él, ya que fue su decisión conservar a los niños-le dijo Tirso a Santiago-. Después de que Samuel y Pamela nacieran, ambos sufrieron infecciones pulmonares antes de cumplir un mes. Esos dias eran mucho más duros, y Melinda prácticamente pasaba todo su tiempo cuidando a los niños. Apenas pudo dormir porque estaba preocupada de perder a sus hijos en el momento en que cerraba los ojos….
Santiago sintió todo tipo de emociones en su pecho mientras escuchaba las palabras de Tirso,
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-Cuidó de sus propios hijos, e hizo todas sus propias investigaciones y exploraciones como una nueva madre. Con todo el esfuerzo que puso y todas las notas que tomo, por fin se convirtió en una profesional con niños. Les enseñó a decir su primera palabra y a dar su primer paso. Todo el proceso fue muy duro, y se necesitó mucha paciencia…. -dijo Tirso-. Un día, por fin, colapsó. Tenia una fiebre muy alta, y Samuel fue quien me llamó para pedir ayuda. Ella se desmayo
cuando la encontré…
Santiago sintió un dolor agudo en su pecho, como si su corazón fuera aplastado en un millón de pedazos.