Capítulo 52 Papi está enojado
-Papi no está en casa. Esta es la oportunidad perfecta para enterarnos de este proyecto.
Samuel y Pamela cerraron la puerta con seguro y encendieron la computadora.
-¿Y si entra alguien?
Pamela estaba un poco asustada. Era solo una niña pequeña, después de todo. Samuel sacudió la
cabeza.
-El estudio es casi un área prohibida, a nadie se le permite entrar.
-¿Y si papi regresa?
-Buen punto. En ese caso ¿puedes ir tú a la ventana y vigilar?
-Está bien.
Pamela se inclinó sobre el marco de la puerta y vigilaba si llegaba el auto de su padre. Samuel averiguó rápido la contraseña y entró. Mientras tanto, Santiago llamó a Mónica. Con frialdad, le dijo:
-Lleva a Marcelo con Tirso. El tiene algo que lo puede ayudar.
-Claro.
Mónica quiso decir más, pero Santiago colgó poco después. Ella estaba câbizbaja. La pasión en su corazón borboteó en el momento en el que se encendió. Se sentia conflictuada.
-Ni siquiera nos habriamos visto de no haber sido por Marcelo.
Justo entonces, a Santiago le llegó una notificación. La presionó y su rostro se volvió oscuro.
-Alguien ingresó en mi computadora,
Entonces revisó la cámara de seguridad y vio a Samuel trabajando en la computadora mientras Pamela estaba agachada detrás de la ventana, manteniendo guardia. Frunció un poco el ceño y abrió una aplicación para enterarse de lo que estaba haciendo su hijo. Vio al niño acceder a los documentos con respecto al trabajo de diseño.
-Hmm. ¿Le interesa el diseño?».
Siguió revisando las acciones de Samuel y de repente se acordo de Melinda y de Emma.
-¿podría ser Melinda quien desea hacer el diseño?».
De regreso en el estudio, Samuel apagó la computadora.
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-Ya veo
-El diseño de la Vispera de Año Nuevo Real de Brundela no solo se trata de ropa, sino también de un conjunto completo de joyería, y solo queda un mes para hacerlo. ¿Mami podrá lograrlo?
-¿Quiere hacerlo? -preguntó Pamela.
Samuel no dijo nada
Santiago no fue a casa en el momento ni fue a la compañía. En lugar de eso le dijo a Isaac que se detuviera junto al lago. Entonces, salió y miró a la distancia, con un’soplo de la brisa besando su rostro. Solo regresó a la hacienda a las tres de la tarde, e Isaac le abrió la puerta. Santiago camino despacio hacia la sala, pero Gael pudo sentir una gran presión s
sobre él.
-Bienvenido a casa, señor.
-¿En dónde está Samuel?
-Está arriba.
Santiago subió las escaleras y entró a la sala de billar. Sonia estaba jugando billar con los niños y ellos se estaban divirtiendo. Al ver a Santiago, Sonia dijo:
-Señor, ya regresó.
Los niños lo miraron.
-¡Papi! Juega con nosotros.
-Samuel, ven.
Santiago volteó a ver al niño, pero no había calidez en sus ojos. Pamela miró a su hermano, preocupada, pero Samuel se acercó a su padre con una sonrisa.
-Papi.
Santiago fue al estudio y el niño lo siguió con prisa. Pamela fue detrás de ellos y llamó a Melinda con su reloj.
-¿En dónde estás, mami?-susurró.
Melinda estaba en el techo, disfrutando de la vista, pero bajó rápido cuando recibió la llamada. Entonces, llevó a Pamela al estudio y escucharon.
-¿Sabes lo que hiciste, Samuel? -le preguntó Santiago con frialdad.
Como un pobre gatito, Samuel contestó:
-No te enojes, papi.
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-¿Y qué hiciste para que me enojara?
-Papi…
-Solo porque te trato como mi hijo no quiere decir que puedes cruzar mis límites-le dijo con calma, pero la tensión en el aire era inequivoca
Melinda se molestó al escuchar eso.
-¿Lo está regañando solo porque están tratando de juntarnos? ilncreible!».
Ella abrió la puerta.
-Oye, ino le grites! ¡Es solo un niño!
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