Capitulo 24 Mimos entre papá y mamá.
Melinda se sintió avergonzada y pensó que no debió ir a su estudio a ver cómo estaba. Daba la impresión de que estaba preocupada por él.
Por la noche, el edificio del Grupo Falcó seguia iluminado. Un Bentley rojo se detuvo frente a la empresa. Al bajar la ventanilla del asiento del conductor, Mónica vio el auto de Máximo en el estacionamiento. Se bajo del auto y entró al edificio. Momentos después, Máximo estaba en el despacho del presidente con todas las luces encendidas cuando escuchó unos pasos. Levantó la vista y preguntó:
-¿Por qué está aqui a estas horas, Señorita Garduño?
-Estoy aqui por usted. -Mónica se acercó a él. Ha terminado con el trabajo?
-Acabo de terminar una propuesta. El Señor Falcó va en serio con el juego de joyas para la realeza de Brundela-respondió Máximo-. De todos modos, ya estoy listo para irme.
-Necesito hablar contigo. -Ella fue directa- ¿Cómo terminaron juntos Santiago y Melinda? Son de mundos diferentes.
-Lo siento-respondió Máximo mientras recogia sus cosas. Nunca le he preguntado al presidente por sus asuntos privados.
Máximo, te hago preguntas porque te considero un amigo.
Monica lo miró fijo. Después de pensarlo un poco, Máximo dijo:
-El destino es importante cuando se trata de amor. Usted y el Señor Falcó se conocen desde hace años, pero nunca hubo quimica entre ustedes. Lamento ser franco, pero ustedes dos no están destinados a estar juntos.
-¡Nunca has estado enamorado, no lo entiendes! -Mónica estaba agitada- El amor no tiene nada que ver con el destino, es algo en lo que tenemos que trabajar. Todo el mundo piensa que Santiago y yo somos la pareja perfecta. Acabo de volver después de dos años, ¡Nunca aceptaré el hecho de que esté casado!
-Acabas de decir que es un hecho. -Máximo la consideraba una amiga y comprendia suS sentimientos. En ese caso, trata de aceptarlo.
Máximo, solo te haré una pregunta más. ¿Cuándo apareció Melinda en su vida?
-¿Sabes que tienen dos hijos juntos? Tal vez se cruzaron hace unos siete años.
-¡Los niños son solo un accidente! -Mónica trató de convencerse-. Se casaron hace varios dias. ¡Nunca estuvieron casados en secreto durante siete años! ¿Cuándo fue la segunda vez que se vieron
Después de reflexionar un momento, Máximo dijo:
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-Señorita Garduño, el corazón puede ver lo que los ojos no ven. ¿Cree que lo que quiere saber tiene alguna importancia?
A Mónica le afectaron mucho sus palabras y se quedó lúcida en un instante. Sentada en su Bentley rojo, apretó el volante y miró la calle con frialdad. Al recordar las palabras de Máximo, decidió quedarse en el Grupo Falcó y trabajar duro para compartir la carga de Santiago. Tenia visible y asegurarse de brillar mucho más que aquella mujer,
que se
A mitad de la noche, Santiago y Melinda estaban tumbados en la cama del dormitorio principal de Puerto Esmeralda. Aunque estaban tapados con la misma cobija, había cierta distancia entre ellos. La incomodidad se respiraba en el ambiente. Pronto, la puerta se abrió de un empujón, Samuel y Pamela entraron a la habitación.
-¿Por qué estan despiertos a esta hora? -Melinda se incorporó despacio.
Olvidé cerrar la puerta.
-Mamá, papá. Cuando los chicos llegaron a la cama y vieron la distancia que los separaba, [runcieron el ceño-, ¿Por qué están los dos tan separados?
Samuel se subió a la cama y dijo con seriedad:
Mientras hablaba,
-Esto está mal, papà. Se supone que deberias estar abrazando a mama. levantó el brazo de Santiago y atrajo a Melinda hacia el abrazo del hombre. Al mismo tiempo, explicó: Según las últimas investigaciones, si los padres se abrazan por la noche, layudarán al crecimiento de los niños!
Luego saltó de la cama y saludó con las manos a sus padres junto con Pamela.
-¡Buenas noches! No se separen más,
Apagaron las luces antes de salir de la habitación. En ese momento, Santiago percibió la fragancia familiar de la mujer. Melinda también escuchó su respiración y los latidos de su corazón, ambos permanecieron en la misma posición. A pesar de la vergüenza, parecía haber amor en el aire.
-Puedes irte, ya no tienes que quedarte aqui. Te liberaré.
Justo cuando Melinda estaba a punto de dormirse, las palabras del hombre cayeron sobre ella como un chorro de agua fría.
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