Capítulo 58 ¡Felicidades, Señor Falcó!
Tirso nunca pensó que se reuniria con los niños aquí, pero sonrió y los abrazó.
-Pasó un tiempo, ustedes dos.
Santiago se sorprendió, pero preguntó con calma:
-¿Ustedes se conocen?
-Entonces, cres su médico personal, teh? -Melinda le dio a Tirso una mirada de desden-. ¿Es este tu supuesto sueño?
-No viste las noticias, Maestra. -Tirso agitó sus manos muy rápido. Como un niño herido, dijo. -No es lo que piensas.
-¿Maestra?
Santiago se sorprendió.
Y Tirso parece aterrorizado de ella. ¿Cómo puede ser eso?».
Melinda sorbió su pasta y respondió sin preocupación.
-No lo hice. Dime, entonces, ¿Qué pasó con exactitud?
El Señor Falcó me dio mucho apoyo. Dinero e instalaciones, por así decirlo. Facilita mi investigación —dijo Tirso-. Gracias a su patrocinio, logre crear más de cien nuevos tipos de medicamentos y ayudar a más de setenta pacientes moribundos. No solo soy su médico personal, también estoy ayudando a la gente,
Sin duda, Melinda le creyó, Sonrió y miró a los hombres.
-Bueno, a comer. No se queden ahi parados.
Los niños rápido retiraron sus sillas.
-¡Hora del desayunol Pasó un tiempo desde que desayunamos con el Señor Cabrera.
Santiago se sorprendió. No podía creer que Melinda fuera la maestra de Tirso, pero la verdad estaba justo delante de él. Antes de despedir a Tirso, le preguntó:
¿Por qué la llamaste Maestra?
-Porque lo es respondió Tirso-. No solo hago mi propia investigación. Ella es la que me enseñó todo lo que sabía cuando empecé este camino. Y ella sigue siendo mi maestra ahora.
-Es doctora?
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Santiago sabía que jugaba con hierbas, pero nunca supo que era doctora. Tirso le dio palmaditas.
-Se casó con alguien genial, Señor Falcó.
Tirso no e
Santiago lo vio irse, pero todavia estaba con la sorpresa. un mentiroso, lo que significaba que Melinda estuvo pasando muy desapercibida.
Tirso es famoso los últimos días. ¿Por qué ella no intentó decirles a todos que era su maestra? También podría hacerse famosa. Al menos mi mamá ya no pensaría que es una chica de pueblo…
Era un dia de trabajo, asi que necesitaba ir a trabajar. Sin embargo, antes de eso, fue a la sala de estar. Melinda estaba sentada en el sofá con las piernas cruzadas en la mesa de café. Estaba comiendo algunos bocadillos y surfeando por los canales. En ese momento, parecia que era la dueña del lugar. Incluso cuando Santiago entró, no lo miro. Hasta que le bloqueó la vista. Ella dejó su control remoto y se puso de pie.
-¿Qué es? ¿Estás por fin interesado en tu encantadora esposa?
La miró a los ojos y le preguntó:
-¿Puedes tratar las quemaduras?
Melinda estaba a punto de irse, pero se detuvo al escuchar esa pregunta. Un momento después, Santiago agregó:
-No para mi. Es para mi madre.
-Lo pensare.
Se quitó orgullosa las migajas antes de darse la vuelta para ir arriba. Algunas de las migajas que quitó cayeron sobre la cabeza de Santiago. Su rostro se oscureció un poco, pero no pudo hacer nada al
respec
-Apuesto a que a ella se le ocurrirán algunos términos.
Se sacudió las migajas y se fue. El patio estaba lleno de rosas florecientes, y el aire estaba lleno de fragancias. Isaac abrió la puerta del auto para Santiago. El hombre miró la villa antes de subir a su auto. Mientras el auto se aceleraba, Tirso le envió un mensaje.
-El destino y el amor lo han curado. Si está bien con ella, nunca la dejará ir. Por la felicidad
eterna..
Santiago miró el texto. De ninguna manera.
¿Por qué lo que cocina es lo único que puedo comer? Esto no puede ser real-
En el salón del segundo piso, los niños movieron la cabeza.
-¡Oops!, tu secreto se descubrió, mamá.
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-Yel Señor Cabrera fue quien lo descubrió,
-Debió ser sorprendente.
-¿Por qué no dices nada, mama? ¿Qué tienes en mente?
Melinda parecía tranquila como si no le importara el hecho de que Tirso le dijo a Santiago que
era doctora.
-¿Aún crees que podemos escondernos y vivir en paz?
-No.
Samuel se rio-. El único hecho de que seas la esposa de papá ya es un gran adiós a una vida pacifica. Y también hay otros secretos.
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