Capítulo 16 Mini versión de Santiago
Cuando el Bentley se detuvo frente al Grupo Falcó, Mónica salió del auto. Era alta e intimidante cuando entró en la empresa con expresión estoica.
-¿Señorita Garduño? -Los que la vieron se llenaron de sorpresa-, iHola, Señorita Garduño!
-Buenos días, Señorita Garduño,
Cuando los demás la miraron, se preguntaron si había vuelto volando por las noticias. Al escuchar sus saludos, Mónica aminoró la marcha y los miró.
-¿Está aquí el Señor Falcó?-preguntó.
-Si.
Aceleró el paso y se dirigió al ascensor. Detrás de ella, podia escucharlos susurrando entre ellos.
-A la Señorita Garduño se le debió romper el corazón cuando vio la noticia de la boda del Señor Falcó.
-Siempre he pensado que son la pareja perfecta. Sin embargo, parece que ahora no acabará bien.
Cuando Mónica escuchó su conversación pulsó el botón y un destello gélido brilló en sus ojos, estaba destrozada. Pronto, la puerta del ascensor se cerro, bloqueando aquellas voces. Cuando llegó a la planta designada, se dirigió hacia el despacho de Santiago. A través de la ventana, pudo verlo trabajando. En ese momento, su corazón se ablandó y lo echó de menos. Mientras se agitaban en ella sentimientos encontrados, abrió la puerta y sonrió.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, Santiago. Tengo grandes noticias que compartir contigo.
-Continua. Te escucho.
Mientras Santiago hablaba, sus dedos tecleaban, como si no le interesaran sus palabras. Al ver su reacción, Mónica se sintió incómoda, pero siguió sonriendo
-El Reino de Brundela nos ha elegido para el diseño de las joyas del Año Nuevo Real de Brundela. Nos asignaron todo el proyecto. No solo obtendremos enormes beneficios con esto, la reputación y el estatus de la empresa también se elevarán.
Santiago seguia inexpresivo cuando escuchó tales noticias.
-¿Tienes que venir hasta aquí solo por una cosa tan insignificante? ¿Por qué no me lo dices por móvil?-preguntó con frialdad.
Aunque Mónica estaba acostumbrada a su actitud fria, seguia sintiéndose triste. Después de todo, hace dos años que no se velan y él seguia tratándola con frialdad. Aun así, se obligó a sonreir y
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dijo:
-No pienso volver a Arunia, Santiago.
En ese momento, Santiago la miró con expresión estoica. No le sorprendieron sus palabras. Mónica parpadeó y apoyó las manos en la mesa mientras le sonreia.
He vuelto para ayudarte, Tienes un problema digestivo. Ahora que he vuelto, puedo ayudarte con el trabajo, para que puedas tomarte un tiempo libre y cuidarte. También es una petición de la Señora Falcó, -Antes de que él pudiera hablar, ella continuó-: Pero no te preocupes. Todo está arreglado en Arunia.
-¿Ha visto mamá las noticias de hoy?, pensó Santiago.
-¡Papi!
-¡Papil
En ese momento, dos voces de niños sonaron en la habitación. Mónica se dio la vuelta y vio a dos niños con estilo, que entraban trotando en la habitación. Parecían suaves y blanditos, y sus ojos eran preciosos. Se dirigieron hacia el escritorio, ignoraron a Mónica y le pusieron un recipiente de comida encima.
-¡Papá, mamá te preparó sopa de pollo!
-¡Mamá dice que tienes que comerlo todo!
Cuando Santiago escuchó sus palabras, su expresión se suavizó y sonrio.
-Huele delicioso. ¿Cómo se lo agradecemos a mamá? ¿Qué regalo le compramos?
-¡A mamá le gusta ir al parque de atracciones! -A Samuel le brillaban los ojos mientras hablaba. Tenía muchas ideas en la cabeza-. ¿Por qué no van alli este domingo?
-Vale.
-Date prisa y tómatelo mientras esté caliente, papá.
Los niños se apretujaron ante el escritorio, empujando a Mónica hacia un lado. Cuando Mónica vio que Santiago iba a comer la sopa, se preocupó
-No te la comas, Santiago. Vas a vomitar,
Samuel se enfadó al escuchar sus palabras. La fulminó con la mirada y le dijo:
-¿De qué estás hablando, mujer malvada? Mamá no le puso veneno.
Mónica estaba furiosa. Por otro lado, Santiago se había terminado toda la sopa de pollo. Mónica no podía creer lo que estaba viendo. Luego, vio como devolvía el recipiente vacio a los niños decia:
y
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-Ayúdenme a darle las gracias a mamá. La llevaré al parque de atracciones este domingo.
-¡No te preocupes! Somos una familia. Samuel tomó la mano de Pamela-. ¡Entonces ya nos vamos, papá! No trabajes demasiado esta noche y vuelve pronto a casa.
-¡Entendido! -Santiago sonrio,
Al mirarlo, Mónica sintió que los celos se apoderaban de ella. Sintió pánico, ya que Santiago rara vez habia mostrado alecto hacia los demás. Al principio, penso que aquellos chicos eran actores. Pero al mirarles los ojos, la nariz, la frente, las orejas….
¡Son versiones en miniatura de Santiagol-
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