“Hasta ahora, después de una investigación y un seguimiento incesantes, hemos descubierto que las cinco sucursales adquiridas tienen una cosa en común. Es decir, se ha filtrado información desde dentro. Espero que todos los presentes puedan considerar el tema desde este ángulo. Al mismo tiempo, tenemos que mejorar el seguimiento y la supervisión de toda la información que va y viene entre los distintos departamentos, para evitar más fugas. ¡No queremos que vuelva a suceder!”
Tan pronto como dijo eso, la sala volvió a hervir la charla. Larry no tenía intención de detenerlos. Sin embargo, el anciano a quien Larry se refería como “Sr. Harley” tenía algo más que decir y lo dijo en voz alta: “Sr. Norton, espero que tú también puedas tener esto en cuenta. La junta directiva tiene la facultad de destituir a un presidente con mal desempeño en cualquier momento. Norton Corporation nunca se ha enfrentado a una crisis tan grave como ésta desde su creación… hasta ahora. Le imploro al Sr. Norton que reflexione sobre sus acciones. Del mismo modo, nosotros, como directores, también debemos ser responsables por no haberlo ayudado…” El anciano miró a Larry de reojo. Habló elocuentemente, en un tono suave.
Debajo de la mesa, Larry apretó los puños. No permitiría que Norton Corporation cayera bajo su mando. Juró que no dejaría que el arduo trabajo de su padre fuera en vano.
Además, no quiso decepcionar a sus seguidores y las expectativas que tenían sobre él. También quería demostrar su punto de que la edad no se traduce en habilidad.
Por la noche, Larry abrió la puerta y entró en su casa. Estaba destrozado con sus pensamientos totalmente ocupados por la agotadora reunión de la junta directiva.
“Finalmente has vuelto”. Joan sabía de la crisis de Norton Corporation. Le pidió deliberadamente al gerente que le permitiera salir temprano del trabajo para poder llegar a casa antes que Larry.
Larry se hundió en el sofá y aceptó el vaso de limonada de Joan.
“Deberías dejar de tomar café, querida. No va bien con el estrés”. Joan se sentó a su lado y obedientemente le masajeó los hombros.
En pocos días, Alpire Group logró adquirir cinco de las filiales de Norton Corporation. En su opinión, un gran proyecto de adquisición como éste habría requerido una preparación a largo plazo. No tenía intención de echarle la culpa a los empleados de la empresa, pero la filtración de información no impedía que uno se preguntara si habría espías entre ellos.
“¿Tiene alguna idea de quién está detrás de esto?” Joan preguntó en voz baja. “Ahora que estás en casa, dejemos el problema de lado. Tienes que cuidar tu salud. Ésa es la capital para seguir adelante. Sólo entonces podrás desarrollar la fuerza para encontrar soluciones”.
“Joan, en la reunión de directores de hoy me interrogaron. Cuestionaron mis capacidades, mis métodos comerciales. Todavía piensan que la experiencia lo es todo…” La voz de Larry era más profunda de lo habitual mientras se quejaba con su esposa.
Joan le apretó fuerte la mano. “No te tomes en serio lo que dicen, querida. ¡Creo en ti!”
Larry bebió la limonada de una vez. Su boca y sus dientes se llenaron instantáneamente de amargura, al igual que su estado de ánimo. Pero Joan le sostuvo la mano con firmeza mientras seguía dándole la fuerza que él no sabía que necesitaba. Su mano siempre parecía poder darle el poder de avanzar.
Joan se rió suavemente. Se inclinó para darle un abrazo a Larry y le susurró al oído: “Larry, ya te lo dije antes. No importa qué tipo de dificultades enfrentemos, las superaré contigo, de la mano. Incluso si nadie más te cree, debes saber que me tienes. Estaré a tu lado, por siempre jamás”.
Por siempre y para siempre…” Larry lentamente sostuvo sus dedos, sintiendo su temperamento fresco y su dulce sensibilidad. Su presencia era como las flores de durazno en abril. Justo, ligero y meciéndose con el viento. Luego, su fragancia lo abrumó y finalmente se metió bajo su piel.
Esta mujer siempre había estado a su lado.
Para poder pasar el resto de su vida con ella, ¿qué más podría pedir?
Esta vez el viaje de Jory hasta Barrymore Group había sido fluido. Sin darse cuenta, eligió el mismo camino que había tomado la última vez, donde lo había detenido una mujer tonta, bulliciosa y egoísta y su Bentley rojo.
Tenía las manos en el volante y sus dedos golpeaban la superficie de vez en cuando. Cuando llegó a un semáforo en rojo, se unió a la fila de autos formando una línea limpia y ordenada. Mientras pensaba en lo que pasó el otro día, en realidad sintió una pizca de decepción indescriptible. Una vez que esto le vino a la mente, se rió de sí mismo durante bastante tiempo.