Capítulo 43
Jorge creia que conocía mucho a mujeres como tales, y llegó al poder que debería ser suyo, ¿cómo podia someterse a Lorena?
La mirada de Lorena se profundizó unos puntos y levantó los ojos para mirarle con frialdad:
-No es tarde para que digas eso cuando esta empresa se convierta en territorio de Juan, ahora yo estoy
al mando.
Jorge andaba de ira, las contorsiones de sus facciones apenas podian contenerse, y su voz chillona iba subiendo de tono a medida que pronunciaba palabras directas y duras:
-Te lo digo, me resigno, ¡estás por tu cuenta!
Era el agente de oro en la empresa, con un estatus extremadamente alto dentro del círculo, ¡y la empresa habia ofrecido previamente tratos privilegiados para retenerlo!
Si Jorge dimitió en cuanto Lorena asumó el cargo, sólo habría cotilleos sobre Lorena en el círculo.
¡Así que se atrevió a amenazarla de esa manera!
Queria que ella supiera que no todo el mundo podía ofenderse.
Lorena enarcó una ceja y frunció ligeramente el ceño, tirando de la comisura de los labios:
-Bien, escribe una dimisión, la aprobaré y no tendrás
que venir a trabajar mañana.
Jorge la miró con asombro e incredulidad, señalándose a sí mismo:
-Lorena Suárez. ¿te atreves a despedirme?
Lorena le ignoró, una mueca cruzó sus labios:
-¡Incluso te escribiré una carta de recomendación si quieres ir a trabajar para Juan!
Entretenimiento Águila tenía una participación patrimonial compleja, pero la pequeña porción de Juan a
ella no le importaba.
Jorge quería ser el perro de Juan, por lo que ella simplemente lo ayudaba.
De todas formas, era una busura.
Jorge la miró con ojos de asombro al escuchar que Lorena no lo contuvo, mucho menos agachó la
cabeza y pidió paz.
¿Cómo se atrevia?
+15 BONUS
La esbelta figura de Jorge se endureció al mirarla y extendió su dedo, apuntándola con fuerza:
-Lorena, ¿sabes lo que significaria si me fuera? ¿Sabes cuánto perdería Entretenimiento Aguila?
Una vez que me vaya, los artistas y recursos de la empresa me seguirán, serás responsable de todas las pérdidas en ese momento, aunque me ruegues de rodillas, no funcionará, no te arreplentas!
Lorena se tiró de la comisura de los labios, sin que su expresión cambiara en absoluto:
-Jorge, que te vaya bien en el futuro.
Levantó los párpados, con un toque de desprecio en el ceño.
Jorge temblaba de rabia, sus dedos temblaron:
-¡Está bien, a ver!
Su garganta chillona emitió un tono agudo y penetrante que no disimuló, y se dio la vuelta enseguida.
-Bang–se oyó un ruido.
Cerró con fuerza la puerta del despacho y se marchó.
La mirada de Lorena se desvió hacia la puerta, sin ganas de hacer nada tan pronto.
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Pero siempre habia alguien que quisiera pisarle la cara y alardear de ello.
Si lo aguantaba y la otra parte conseguia una pulgada, tendría que seguir siendo un cabrón.
Leticia era la que ayudó la empresa, y si esta vez no se la trataba con justicia,era igual que poner
dificultades para si misma.
No podría tratar de forma injusta a personas que estaban a favor de ella.
Pronto.
Javier llamó a la puerta y entró, con el rostro un poco grave:
-Señora Suárez, acabo de escuchar a Jorge animando a los actores a cambiar de la empresa e intentando arrebatarles los recursos de la marca, una vez que se vaya, ¿nos afectará de alguna manera?
Lorena rió suavemente y se levantó para ir a un lado a preparar café:
-No te preocupes, esos de primera fila no se irán, por no hablar de lo mucho que tienen que pagar en concepto de penas de indemnización, no se someterán de buen grado a esos pequeños talleres.
Las únicas que puede llevarse son las que no son famosas y aún quieren hacerle la pelota, no nos importan y eso es nada más que ayudarnos a echarles de paso.
Javier la miró con complicidad y sonrió aliviado: