Capitulo 40
No era nada grave.
Asintió levemente, se comportaba de forma educada, pero no cortés:
-Por favor, señorita Suárez.
Lorena asintió y lo llevó a su coche.
Ella conducía, Polo no se sentó atrás y eligió el asiento del copiloto.
Era sólo que los dos estaban tan cerca que ella podia oler su aroma, y sintió un poco de incomodidad.
Hubo un momento de silencio.
Polo la miró de reojo, enganchó suavemente los labios, con aspecto despreocupado durante unos
instantes, mostrando su actos de amistad:
-Señorita Suárez, no sé por qué, me siento cerca de usted en cuanto la veo, este pequeño accidente debería ser nuestro destino, y más tarde, la invito a cenar, ¿vale?
Lorena enarcó ligeramente una ceja y sonrió mientras hizo frente a la situación con despreocupación:
-Señor Ruiz, somos socios, es justo que nos ayudemos mutuamente. No se ande con ceremonias.
Oyo su rechazo eufemistico y tuvo la sensatez de no decir nada más.
Al hospital.
Lorena ayudó a encontrar al médico, le atendió en una zona VIP, mucho más tranquila.
Lorena llamó a Miguel fuera de la zona.
Acababa de colgar el teléfono cuando el sonido de unos tacones altos se acercó detrás.
Giró la cabeza y Susana apareció. Estaba guapa pero sólo los ojos eran ligeramente enrojecidos e
hinchados.
Miró a Lorena, con los ojos enrojecidos por la indignación a punto de desbordarse:
-¿Qué haces aquí? Si no fuera porque encuentraras gente en Internet para regañarme, mi hijo no
estaría enfermo.
15 BONUS
Lorena, puta, si le pasa algo a Pedro Juan serà el primero en vengarse, ¡devuélveme a mi hijo!
Emocionada, dio un paso adelante y tiró de la camiseta de Lorena sin soltarla.
-Dejame en paz.
Lorena amrugó las cejas, su rostro se condenso mientras la apartaba.
¡Era repugnante ser tocada por ella!
Pero poco después. Susana se arrodillo de repente de rodillas, gritando y llorando:
-Por favor Lorena, perdóname, acláralo por Internet, no es para nada lo que dicen, soy yo quien te hice
daño, perdona a mi niño…
Su actitud cambio en ese instante, y Lorena supo al instante por qué.
Unos pasos aparecieron detrás de ella y, cuando volvió la cabeza, vio a Juan, cuyo rostro era hosco y severo, y a Diego, que tenía los ojos muy abiertos.
Justo cuando Susana intentaba tirar de la camiseta de Lorena para continuar el acto, Lorena se agachó de repente y la tiró violentamente hacia atrás por el pelo.
El tirón arrancó el cuero cabelludo de Susana y sus gritos de dolor se convirtieron en alaridos de agonía.
Ladeó la cabeza, sus ojos mostraban pánico, y rápidamente miró a Juan en busca de ayuda.
Y Lorena no la soltó, golpeándose la cabeza contra la pared de al lado.
Se oyó un sonido fuerte, y la voz de Susana se detuvo bruscamente al estremecerse en respuesta.
Menos de tres segundos.
Fue entonces cuando Lorena finalmente se frotaron las manos con disgusto, con los ojos llenos de frio mientras una sonrisa peligrosa flotaba en las comisuras de sus labios:
-Crees que voy a seguirte la corriente. Susana, plénsalo dos veces antes de hacer algo en el futuro y
quizás puedas vivir más largo.
Susana queria aprovercharse de Lorena con sus trucos para ganarse la simpatia de Juan.
Bueno, ¡tendría que ser realmente miserable!
¡La ayudó!
+15 BONUS
Susana, por fin frenada por el inmenso dolor, se sentó en el suelo como un charco y miró a Juan para echarle la bronca:
—Sólo intentaba rogarle a Lorena que me perdonara… Sé que me equivoqué… ooohhhh…
Juan tenia el ceño fruncido y los ojos frios e impasibles.
Susana no había terminado cuando un bufido de risa se escapó de repente de la habitación a su lado: —Aqul, mira aqui, se acabó…