Capitulo 12
-¿Quieres hacer las paces? Pregúntale a Juan, esa zorra de Susana mató a su hijo con Lorena, ¿cómo ajustas cuentas?
Al escucharlo, Diego cogió el informe atropelladamente, se le demudó visiblemente el rostro. Luego no dijo nada, se dio la vuelta y salió a hacer una llamada para informar de este asunto.
Ninguno de ellos sabia que Lorena estaba embarazada. Además, Susana la había atropellado en un accidente de tráfico, el cual condujo el aborto del niño.
¡Todo eso hacía este asunto aún más peliagudo! Aparte de eso, nadie recibió su llamada. Únicamente quedó una idea en su mente: «¡se acabó!»
En ese momento Juan estaba engatusando a Pedro para que se durmiera, asi que silenció su teléfono móvil. Además, en cuanto Susana regresó, lloró una y otra vez durante media noche. Juan se ocupó de todo eso, por lo que sólo podia marcharse de aquí al amanecer. Entonces Diego no se puso en contacto con Juan hasta mediodia del día siguiente. Juan recibió la llamada con voz cansada y ronca, con
algunos toques de impaciencia:
-¿Se han arreglado las cosas?
Diego guardó silenció un rato y respondió: -La herida no ha aparecido, así que no podemos negociar
.sobre la compensación.
-¿Y dónde está la persona? ¿Es muy grave? Dale más dinero.
Juan habló con la voz profunda y fría.
Diego hizo una pausa y titubeó: -Señor Juan, la persona a la que la señorita Fernández ha atropellado
es la señora Suárez, y
Diego apretó los dientes y lo dijo de una vez:
-¡La señora ha estado embarazada sólo por un mes, y ahora el niño ha perdido la vida!
En el teléfono simplemente se hizo un silencio sepulcral.
Juan guardó silencio durante unos minutos y, de repente, dijo con un tono de frialdad increible:
-¿Qué has dicho? ¿Cómo ha podido ser ella?
En este momento, por fin comprendió de dónde procedía el pánico que sentía en el pecho.
Dijo que su bebé habla muerto. Su hijo….
Esa aprensión fue finalmente incontrolable en este momento, surgiendo y desordenando toda su cordura en un instante. No podia creer que después de un mes de embarazo su hijo hubiera sido abortado. Por fin experimentó esa sensación de que un objeto afilado y cortante le atravesaba el corazón. Sin que se daba cuanta, también le dolla mucho, y le costaba respirar. No pudo esperar más. entonces colgó el teléfono y se dirigió al hospital directamente. No obstante, cuando llegó, no pudo
visitarla en absoluto.
Preguntó con un tempramento frio imperceptible.
-¿Dónde está ella?
Diego vacilo un poco y acudió a Elena y al abogado sentado a su lado.
Elena respondió con un aspecto indiferente:
-Después de la cirugia, no quiere verte, señor López, ¡Qué pena! Tu hijo ha muerto.
Cuando escuchó estas palabras, la expresión de Juan se puso hosca al instante, sus ojos eran oscuros y sombríos, sus pupilas se encogieron ligeramente. Era como si alguien le hubiera clavado con saña un cuchillo en el corazón. Y el dolor se extendió densamente por todo su cuerpo. Sufrió tanto dolor que su
rostro palideció. Le invadió el remordimiento.
Elena continuó lastimándolo:
1
-No importa, tu hijo ilegítimo ya tiene dos años, no creo que te importe el bebé de Lorena, yo debería darte enhorabuena, ahora te has liberado completamente de este matrimonio. (2)
En sus ojos profundos hubo un momento de trance. Preguntó otra vez con su voz seca y baja:
-¿Dónde está Lorena?
Por algún motivo, Juan sentía no sólo pánico, sino también una profunda sensación de impotencia.
No esperaba que tuviera un hijo con Lorena, pero al oir la noticia de que el bebé había llegado y se habla ido, todavía sentia la angustia inconscientemente. Lo ridiculo era que todavia habla consolado al asesino y habia velado por su hijo anoche. Llegó a conocer esta verdad tan tarde que le causó la frustración y pánico, por eso apretó sus puños una y otra vez, con el cuerpo tenso. Parecia que sú mujer y su hijo se alejaron cada vez más de su mundo. En este momento los frios ojos de Lorena aparecieron de nuevo en su mente, y su corazón se encogió y le dolió mucho de repente como si varios insectos y hormigas le royeran el corazón y le dolieran los miembros y los huesos.
+16 ПONUS
De pronto, Elena cogió un documento al abogado y lo tiró sobre él directamente.
Dijo con ironia, tirando de la comisura de los labios:
-Este es el acuerdo de divorcio, si no lo firmas, procesaremos a Susana por homicidio intencionado, ¡la esperará la cadena perpetua!