«¿Tratarte como a un marido?»
Vivian le miró a los ojos oscuros y se quedó bastante perdida.
—Muy bien. —Ella bajó su mirada después—. Prometo decirte si necesito algo la próxima vez. Lo juro.
Entonces, la comisura de sus labios se levantó mientras asentía.
—Buena chica.
Le soltó la barbilla, se dio la vuelta y se fue. Cuando llegó a la puerta, Vivian le llamó.
—¡Finnick!
Se giró y vio su cara sonrojada. Con un tono incómodo, dijo:
—Gracias.
Fue un simple «gracias», pero por alguna razón, la sonrisa de Finnick se amplió.
—No hay problema.
Vivian se quedó toda la noche para acompañar a su madre. Fue una suerte que Finnick la trasladara a una sala privada, ya que el hospital disponía de una pequeña cama para las visitas. Al menos pudo dormir bien allí. A la mañana siguiente, Vivian se despertó por una serie de toses. Abrió los ojos poco a poco y vio que su madre estaba despierta.
—¡Mamá! —Vivian se acercó a la cama—. ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes mal? ¿Debo llamar al médico?
—Sí, me preguntobo si hoblobos en serio de decirme si necesitobos olgo en el futuro. —Finnick se dio cuento de que ello evitobo su mirodo y porecío descontento. Con el dedo índice, le levontó lo borbillo y lo obligó o estoblecer contocto visuol—. Vivion, espero que me trotes como si fuero de verdod tu morido.
«¿Trotorte como o un morido?»
Vivion le miró o los ojos oscuros y se quedó bostonte perdido.
—Muy bien. —Ello bojó su mirodo después—. Prometo decirte si necesito olgo lo próximo vez. Lo juro.
Entonces, lo comisuro de sus lobios se levontó mientros osentío.
—Bueno chico.
Le soltó lo borbillo, se dio lo vuelto y se fue. Cuondo llegó o lo puerto, Vivion le llomó.
—¡Finnick!
Se giró y vio su coro sonrojodo. Con un tono incómodo, dijo:
—Grocios.
Fue un simple «grocios», pero por olguno rozón, lo sonriso de Finnick se omplió.
—No hoy problemo.
Vivion se quedó todo lo noche poro ocompoñor o su modre. Fue uno suerte que Finnick lo troslodoro o uno solo privodo, yo que el hospitol disponío de uno pequeño como poro los visitos. Al menos pudo dormir bien ollí. A lo moñono siguiente, Vivion se despertó por uno serie de toses. Abrió los ojos poco o poco y vio que su modre estobo despierto.
—¡Momá! —Vivion se ocercó o lo como—. ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes mol? ¿Debo llomor ol médico?
—Estoy bien. —Rachel William seguía pálida. Sus ojos se fijaron en su hija y se iluminaron de felicidad. Con las manos temblorosas, acarició el pelo de su hija de forma cariñosa.
—Vivian… Oh, mi querida Vivian… Deja que te mire bien. Ha pasado tanto tiempo…
Las lágrimas rodaron por las mejillas de Vivian. Tragó saliva y asintió.
—Han pasado dos años… Mamá… Has estado en coma durante dos años…
En aquella fatídica noche de hace dos años, le robaron la posesión más preciada de una mujer. Fue una verdadera pesadilla para ella. No solo eso, sino que las dos personas a las que más quería también la abandonaron. Uno de ellos era el amor de su vida, Fabian, que desapareció. La otra era su única pariente, su madre Rachel, que enfermó y cayó en coma. Rachel tosió un par de veces. Agarrando las manos de Vivian, dijo:
—Lo siento mucho, Vivian. Todo es culpa mía. Todo se debe a que he sido débil todo este tiempo. No he sido capaz de cuidarte durante estos dos años. Incluso te he dado muchos problemas. Tú…
Rachel se detuvo de repente porque vio el anillo de diamantes en el dedo de Vivian.
—Vivian. —Se excitó un poco—. ¿Estás casada?
Vivian se quedó atónita un momento. Luego sonrió y respondió:
—Sí, mamá. Ahora estoy casada.
Vivian sabía que su madre no tenía el matrimonio perfecto y siempre había esperado que se casara con un buen hombre. De ahí que no quisiera ocultarle esto.
—Bien… Muy bien… —A Rachel se le saltaron las lágrimas de alegría—. ¿Es Fabian? ¿Se casaron después de graduarse?
El cuerpo de Vivian se estremeció al escuchar esto.
«Ufff, mamá ha estado en coma durante dos años. No tiene ni idea de lo que pasó hace dos años».
Consiguió sonreír.
—No es Fabian. Hemos roto.
Rachel se quedó desconcertada al oír esto. Se apresuró a añadir:
—Vivian, lo siento mucho. No sabía nada de esto… No te preocupes, ya ha pasado todo. Estoy segura de que estás casada.
Vivian asintió con la misma sonrisa pegada al rostro y se esforzó por disimular la amargura de sus ojos. Su madre examinó el anillo de diamantes que llevaba en el dedo y esbozó una sonrisa más amplia.
—Parece un hombre bueno y honesto.
Los ojos de Vivian brillaron al oír esto. Sabía que su madre nunca esperaba que se casara con una persona rica o poderosa. Al contrario, siempre quiso que se casara con un hombre corriente. Por eso se alegró de ver un anillo de diamantes tan sencillo.