Capítulo 711
Terminada la cena, las abuelas se miraron y sonrieron, animando a la pareja a descansar. En privado, estaban esperando que tuvieran un bebé pronto. “Ya todos hemos comido, y es bastante tar de. Enzo, lleva a Carlita a descansar un poco. Mañana es sábado, no tienen que trabajar, pueden dormir hasta tar de. Dijo la abuela Luisa.
La joven se dio cuenta de lo tar de que era, “Abuela, entonces voy a ir a mi casa alquilada.”
Sus palabras hicieron que frunciera el ceño, seriamente dijo, “¿A dónde quieres ir? Ya eres parte de nuestra familia, tenemos muchas casas para que vivas, ¿por qué tienes que volver a tu casa alquilada? La gente podría pensar que no te tratamos bien. Carlita, tal vez aún no lo entiendas completamente, este también es tu hogar. En Mussani, los recién casados deben vivir en la casa antigua durante medio mes, es una tradición.”
“Hemos estado casados por dos años, ya no somos recién casados.” Murmuró.
Solo queria que Carla se quedara, así que dijo, “No importa cuándo obtuviste tu certificado de matrimonio, lo importante es que hoy es la primera vez que vienes a la familia como la señora Farré.”
Abuela Lidia también intervino, “¿Es que no quieren vivir con nosotras, las ancianas?”
“Enzo, lleva a tu esposa a descansar un poco.” Dijo Luisa.
Las dos ancianas tenían segundas intenciones, él obviamente lo sabía, y protegió a su esposa diciendo, “Abuelas, no se preocupen. Nos encargaremos del tema de los hijos, no la presionen.”
Ella lo miró agradecida, siempre le daba seguridad en los momentos clave.
Luisa se sintió un poco culpable, “Yo… no hemos presionado a Carlita.”
“Carlita…” Dijo la otra anciana, sintiéndose mal por la expresión de la joven.
“Abuelas, descansen temprano, la llevaré a dar un paseo por el patio.” Dijo el hombre yéndose con su esposa.
La abuela Luisa miró sus espaldas, “Lidia, ¿fui demasiado dura? ¿La asusté?”
“Siempre has sido muy buena con ella, nunca le has hablado duro, así que si le elevas un poco la voz, puede sentirse mal.”
Luisa caminaba ansiosamente por la habitación, “No, no, no puedo hacer que Carlita se sienta mal. Tengo que encontrar una manera de disculparme con ella, hacer que me perdone, no puedo hacer que me odie.”
“Nuestra Carlita no es rencorosa, cuando regrese de su paseo, probablemente ya habrá olvidado lo que pasó.”
“Que ella no sea rencorosa es porque es buena, pero aun así debería disculparme. Hoy hace calor, haré un poco de jugo y lo enfriaré, para que pueda beberlo cuando regrese de su paseo.”
“¡Gracias por ser tan buena con Carlita! ¡Gracias por amarla como a tu propia nieta!” Dijo Lidia.
“Ella se casó con Enzo, es mi nieta, si no soy buena con ella, ¿con quién sería buena?”
La abuela Lidia estaba cada vez más satisfecha con Enzo, “Porque tuvieron una pelea de divorcio, tenía algunas reservas sobre Enzo, temía que no quisiera vivir con ella, temía que solo quisiera jugar. Pero hoy, viendo a la pareja, todas mis preocupaciones se han disipado. Puedo ver que la cuida mucho, realmente quiere vivir con ella.”
La abuela Luisa dijo, “Carlita es su mujer, tiene que cuidarla bien, si no lo hace, seré la primera en hacerle pagar“.
“Con tú y Enzo aquí, y Estrella junto a Carlita, si un día no estoy, no debería sentirse sola“.
“Todavía tenemos que esperar al bebé de Carlita y Enzo, no digas cosas que nos pongan tristes“.
La abuela Lidia sonrió amargamente, “Está bien, no diré más“.