Capitulo 1236
Carla con los ojos lenos de lágrimas, dia emocionada “Gracias, abuela Luisar
La ancianale acaricid suavemente la cabeza. “Mi niña tonta, ¿no habiamos acomiado que nada de lo que pase entre Enzo y tú afectar nuestro cario?”
‘Claro, asmella
Luisa sevabed hacis Marty dijo, Un hombre como Enno vale la pena ni mencionario. Si Carta rompió con él, que as sea. A partir de ahora, tú te encargarás de cuidaria, Mana”
La mujer asintió y respondid, “No se preocupe cuidaré muy bien de Carlt
La abuela finalmente se tranquila. De acuerdo Carlina, mevoy entonces
“Te acompaño ofreció Carla
No necesito que me acompañes, tengo gente a mi alrededor, mi médico personal y enfermera está esperandom abajo. No necestu ayuda, ve a hacerlo buvo
Ellarespondid, “Cuidate, abuela. Después de que termine el pacin de Lidia volveré averte”
“Está bien”
Una vez que se despidió Carla volvió a su habitación para recoger sus cosas
Planeaba cambiarse a nuendo más formal para ir al tribunal. Mientras lo hacía, una caja de pyas muy delicada en el cajón.
Dentro de la caja había un collar, un regalo de Ero, conocido como “Resplandor Celestial, valorado tenta millones de dólares.
Al ver el collar, recordó la primera vez que la usid.
Ese dia, mantras estaba en el auto. Enzo miraba el collar una y otra vez contanta intensidad que parecia que queria dévorarla.
Finalmente, lo puso alrededor de secuelo dejando una gran marca roja
Carla soho una na fria, sacó la caja de joyas y la metió en subolso, planeando devolverle el collar a Ero más tar de
No queria quedarse con nada que il le hubiera dada.
Afortunadameme, los regalos de Enzo no eran muchos, por lo que no neces aba dedicar un tiempo especial para recogerlos
Una ver que termino de recoger Manuel levo a Carla erene al tribunal
Irene preto sumano, queriendo decir algo varias veces pero al final no pudo
Los
habian crecido juntos y se conocían muy bien.
Sabia que Carla era fuerte y parecia estar bien por fuera, pero probablemente estaba sufriendo por demo
Afortunadamente, siempre habla sido buena para superar dificultades y no perderla más tiempo con un hombre que no valala pena.
No esperaban encontrarse con Enzo
Suauto y el lujoso coche de Euro, entraron el
“Manuelto la boca con fuerza
cionamiento uno detrás del otro.
Irene observo su cara.
Ella, con una expresión fría, dẹo: “Manu, vamos a estacionar a la inquierda”
Queria evitarlo, pero éinsistió en acercarse
Ellujoso coche de Enzo originalmente se dingia hacia la derecha del estacionamiento. Quizá no
querda y se estacionaron en el puesto de estacionamiento contiguo
sta lugar all, per de todos modos, graton hacia la